Las casas tradicionales se caracterizan por su estrecha unión con el medio natural en el que se encuadran. Por ello, las propias características del clima, el relieve, la litología y los recursos forestales del Parque Cultural del Río Vero van a ser factores claves a la hora de comprender las variaciones y realizaciones de esta arquitectura a lo largo y ancho de la comarca.
En el Parque Cultural es preciso diferenciar dos tipos de arquitectura. Al norte, una propia de zonas de montaña, con dominio absoluto de la piedra caliza. En la zona central y sur, la tipología es plenamente somontanesa, pues utiliza la piedra arenisca, el tapial, la adoba, la teja y el ladrillo cocido.
Destacando la fachada por ser la parte pública de la casa, cuenta con un elemento característico: el arco de medio punto de acceso. En las casas de mediados del siglo XVI, normalmente las dovelas que formaban el arco eran lisas, sin decoración. Sin embargo, en el siglo XVII y sobre todo en el siglo XVIII, las dovelas se empezaron a decorar con numerosos motivos geométricos, naturalistas y florales, o con elementos astrales y solares, como símbolos protectores. En Huerta de Vero y Pozán de Vero hay estupendos ejemplos de este tipo de decoración. También con intención de proteger y ahuyentar determinados males y espíritus se colgaban, y aún se pueden seguir viendo en algunos pueblos como Betorz, Lecina o Bárcabo, garras de rapaces, de jabalí o de cabra. Asimismo, siguen captando la atención del visitante los llamadores de las puertas con formas fálicas o de reptil ligados a tradiciones populares.
Teniendo en cuenta que la casa era el espacio donde se vivía, se almacenaban los frutos y las pertenencias, no es de extrañar que se asociara a ella todo tipo de creencias populares y se tratara de protegerla.
A lo largo del tiempo, los habitantes de cada localidad levantaron con gran esfuerzo numerosas construcciones necesarias para las actividades agrícolas y ganaderas propias de la vida rural.
Aparecen diseminadas por todo el territorio. Nacieron de la tierra y por ello se integran en ella a la perfección. Se caracterizan por su extrema sencillez y austeridad.
Las construcciones más numerosas y características son: la caseta, el corral y el colmenar o “arnal”.
Las técnicas constructivas más habituales son la mampostería y la piedra seca, especialmente en casetas, muros de corrales y muros en caminos. Al sur de Huerta de Vero es frecuente el empleo del adobe y el tapial. También existen pequeñas cuevas excavadas en la roca arenisca, utilizados como pequeños refugios.
Entre los materiales básicos de cubrición se encuentra la losa de piedra, en los pueblos del extremo norte del Parque (municipio de Bárcabo), y la teja árabe para el resto.
Los pueblos del Parque Cultural cuentan con características distintivas que vienen dadas por el uso de determinados materiales de construcción o por la funcionalidad del espacio doméstico. Hay que tener en cuenta que la cabecera del Parque se emplaza en la cara norte de la sierra de Guara y en la comarca de Sobrarbe lo que marca una diferencia en los materiales empleados así como en las tipologías, fruto de un clima más extremo.
Sin embargo, cada uno de nuestros pueblos tiene un aspecto genuino y distintivo, y su trazado es fruto de diversos condicionantes geográficos e históricos.
En muchos casos y pese a los cambios que han experimentado, la permanencia de la trama viaria nos aporta datos acerca de su génesis y su historia.