Está situado en un un altozano, al oeste de Barbastro, donde según la tradición la Virgen se apareció al pastor Balandrán en un almendro.
Constituye un excepcional enclave desde donde se contempla el Pirineo central, las sierras exteriores y parte del valle del Ebro, y es centro de devoción popular al que acuden una buena parte de los pueblos del Somontano.
Este enclave pudo contar con algún primitivo castillo en el s. XI y se relaciona con el lugar donde el rey Pedro I se estableció para acometer la conquista de Barbastro.
El monasterio ha tenido continuidad de uso con mayor o menor intensidad .
En la actualidad se compone de edificios y construcciones de diferentes épocas. De las antiguas dependencias se conserva la nave de la iglesia y el claustro, que corresponden a la segunda mitad del s. XIII, de estilo gótico.
Entre 1625 y 1639 se sustituyó el ábside de la cabecera de la iglesia por un camarín decorado con pinturas del s. XVIII atribuidas a Francisco Bayeu que representan escenas de la vida de la Virgen y las virtudes cardinales. La cúpula de la iglesia fue pintada en el s. XVIII por Diego Gutiérrez.