Se ubica en el enclave donde Jalaf Ibn Rasid, en el s. XI, mandó construir una fortaleza, para frenar el avance de los carolingios que ocupaban el condado de Sobrarbe. Posteriormente fue modificada por los reyes de Aragón, tras la conquista en 1064 de Sancho Ramírez, instalando una guarnición militar y comunidad religiosa con la primera iglesia (1099). En el s. XVI se construyó la actual colegiata que mantiene el claustro del s. XII.
El conjunto está rodeado por un doble lienzo de muralla y con varias torres, una de ellas reutilizada como campanario. Destaca la torre albarrana construida en el s. XI. En la rampa de acceso a la Colegiata se encuentra la puerta de los calabozos del antiguo castillo, sobre la que hay un bajorrelieve de las Santas Nunilo y Alodia, recordando donde estuvieron presas ambas niñas, oriundas de Adahuesca y unas de las primeras mártires mozárabes (851).
Se conserva parte del claustro románico, que presenta planta trapezoidal para adaptarlo al escarpe rocoso sobre el que se levantó. Se abre a los pasillos laterales mediante arcos de medio punto sobre columnas pareadas. Destacan los seis capiteles historiados (primera mitad del s. XII): la creación de Adán, la tentación de Adán y Eva, Abel decapitado por Caín, la consagración de la iglesia en 1099, el Diluvio Universal y la historia de Abraham.
Al claustro se abren las capillas de San Antonio con bóveda de crucería y decoración en estuco, y la de San Fabián. Sus muros están decorados con pinturas del s. XV al XVIII, dedicadas a la Infancia y la Pasión de Jesús.
En el s. XVI se remodeló el antiguo templo construyendo el actual de estilo gótico, obra de Juan de Segura. Presenta una sola nave, cubierta con bóveda estrellada, a la que se fueron añadiendo las capillas. En el siglo XVII se abrió la capilla de San Nicostrato, excavada en la roca para dar cobijo al cráneo del mártir romano.
En su interior destacan el retablo mayor dedicado a la Asunción de la Virgen, la capilla del Santo Cristo de Lecina, presidida por una talla madera de Cristo crucificado (s. XIII) y el órgano del s. XVII.