La Noche de Ánimas precede a Todos los Santos (1 de noviembre). Es un día de recogimiento, de misterio y de tradición, donde los vivos tratan de facilitar a los muertos el tránsito a la vida eterna mediante la luz y el sonido, producido por velas y campanas. Los niños vacían calabazas en forma de calavera para colocar una vela encendida en su interior. Totones y almetas, seres del inframundo, son protagonistas de esta fiesta.
En buena parte de los pueblos del Parque Cultural se sigue celebrando, como es el caso de Colungo, Alquézar, Adahuesca, Buera y Radiquero. En esta última localidad ha alcanzando un mayor protagonismo, pues organiza un amplio programa de actividades culturales y lúdicas que hace las delicias de pequeños y grandes.