El Vero discurre de norte a sur, atravesando el extremo oriental del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. A lo largo de los nueve kilómetros que separan las localidades de Lecina y Alquézar, sus aguas discurren por profundas y espectaculares gargantas y desfiladeros.
Hace 65 millones de años, durante el proceso orogénico, los materiales calcáreos acumulados en el fondo marino se plegaron y elevaron, dando lugar a las sierras prepirenaicas. Estas montañas comenzaron a ser erosionadas por los cursos fluviales.
Durante los últimos 15 millones de años, las aguas superficiales se han encajado en el sustrato rocoso, creando la actual red de cañones y barrancos.
La acción combinada de diferentes agentes erosivos, explica la existencia de centenares de oquedades que salpican las paredes del cañón del Vero.
También el agua ejerce un continuo desgaste en la profundidad de la montaña, dando lugar a simas, galerías y cavidades por las que discurren las aguas procedentes de las lluvias y que alcanzan la superficie a través de las surgencias, como la Fuente de Lecina. A lo largo del recorrido genera tramos soprendentes como la intersección con los barrancos Basender y Choca, la gran Visera, los Oscuros, las Clusas....