En torno al 11500 se produjo un cambio climático. Las temperaturas más benignas llevaron a los grupos humanos a adoptar paulatinamente una serie de trasformaciones en sus formas de vida para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. Poco a poco dejaron de depender de la caza y la recolección para progresivamente controlar la producción de recursos a través de la agricultura y de la ganadería.
En este contexto se desarrolló la tradición artística que llamamos Arte Levantino, exclusivo del ámbito mediterráneo de la Península Ibérica. Es un arte figurativo y de carácter marcadamente narrativo. Se representan escenas variadas (caza, rituales, combates, recolección,…) con figuras humanas y animales como principales protagonistas que nos permiten asomarnos a las formas de vida de sus autores. Aparece al aire libre, en abrigos poco profundos donde el sol penetra sin dificultad.
Estas gentes conocerían y aprovecharían todos los recursos que tenían a su alcance, desde la pesca a todo tipo de vegetales e incluso huevos y miel. (valioso testimonio en el abrigo de Arpán).
Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre quiénes fueron los autores de estas representaciones. Unos defienden que fueron obra de los últimos cazadores-recolectores. Otros que fueron ejecutadas por los primeros pastores y agricultores. De momento los datos arqueológicos no son suficientes para fechar estas pinturas y poder decantarnos por una u otra teoría.
Probablemente los estilos más antiguos sean mesolíticos y los más recientes neolíticos coexistiendo con el Arte Esquemático en algunas de sus fases.
(BP = Before Present, antes del presnte).